viernes, 30 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
sábado, 24 de abril de 2010
jueves, 22 de abril de 2010
miércoles, 21 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
miércoles, 14 de abril de 2010
las torres
Las torres
Brunas lejanías...;
batallan las torres
presentando
siluetas enormes.
Áureas lejanías...;
las torres monarcas
se confunden
en sus iras llamas.
Rojas lejanías...;
se hieren las torres;
purpurados
se oyen sus clamores.
Negras lejanías...;
horas cenicientas
se obscurecen
¡ay, las torres muertas!
Brunas lejanías...;
batallan las torres
presentando
siluetas enormes.
Áureas lejanías...;
las torres monarcas
se confunden
en sus iras llamas.
Rojas lejanías...;
se hieren las torres;
purpurados
se oyen sus clamores.
Negras lejanías...;
horas cenicientas
se obscurecen
¡ay, las torres muertas!
lunes, 12 de abril de 2010
domingo, 11 de abril de 2010
sábado, 10 de abril de 2010
MENSAJE DE MARY SOTO sobre carapongo
Amigos teatristas, celebremos lo bueno y grande que nos ha ocurrido saludemos, agradezcamos en primer lugar a la vida porque nos permitio compartir un dia hermoso y generoso (pido disculpas porque este teclado no tiene acentos).
Adhiero totalmente a las palabras de Bruno. Y recalco que se trato de un encuentro donde se ha sido totalmente democratico y participativo. Quien no lo vivio asi es enteramente su responsabilidad y mal hace en culpar a los demas de su propios errores.
Gracias Bruno, gracias Tomas y gracias a todos, todos los que estuvimos alli y a los que no pudieron llegar tambien porque siempre nos llego sus buenas vibras por nuestro dia. Reflexionemos sobre mensajes como el de Maria Luisa de Zela, lo escrito por Eduardo Valentin y sigamos adelante con el ejemplo de Barricada Teatro, Pucayacu Agura Roja Teatro y los Comediante Itinerantes, en esta pasion ardiente que es nuestro teatro.
Abrazos solidarios,
Mary Soto
Adhiero totalmente a las palabras de Bruno. Y recalco que se trato de un encuentro donde se ha sido totalmente democratico y participativo. Quien no lo vivio asi es enteramente su responsabilidad y mal hace en culpar a los demas de su propios errores.
Gracias Bruno, gracias Tomas y gracias a todos, todos los que estuvimos alli y a los que no pudieron llegar tambien porque siempre nos llego sus buenas vibras por nuestro dia. Reflexionemos sobre mensajes como el de Maria Luisa de Zela, lo escrito por Eduardo Valentin y sigamos adelante con el ejemplo de Barricada Teatro, Pucayacu Agura Roja Teatro y los Comediante Itinerantes, en esta pasion ardiente que es nuestro teatro.
Abrazos solidarios,
Mary Soto
INVITAICHON!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
INVITACION
Esta es una invitación personal, seria grato y también
me sentiría sumamente halagado, si asistiera usted el día
Miércoles 14 de Abril, a las 6:30 p.m. al auditorio de la ADUNI - Av.
Bolivia 537 - Breña, a la presentación del libro de mi autoria
"Pukllay Yawar" ( Juegos y Ejercicios pre dramáticos ).
La presentación estará a cargo de importantes dramaturgos
y hombres de letras como Juan Rivera Saavedra, Aureo Sotelo
Huerta y Mary Soto, responsable de la edición. También
recibiremos mensajes de entrañables amigos : Luis Ramos
García: Universidad de Minnesota, Nancy Kalero del grupo
Westentasche de Alemania y Thomás Walsh comunicador
social de Canadá .
Yawar hará demostraciones de trabajo y presentará
fragmento de "Don Dimas de la Tijereta", Tárbol contará
un cuento y Ricchary Llacta nos brindará canciones
del folklore peruano y latinoamericano.
Vuestra asistencia compromete mi gratitud.
Carlos Tomás Temoche V.
Director de la A.C. Yawar
Esta es una invitación personal, seria grato y también
me sentiría sumamente halagado, si asistiera usted el día
Miércoles 14 de Abril, a las 6:30 p.m. al auditorio de la ADUNI - Av.
Bolivia 537 - Breña, a la presentación del libro de mi autoria
"Pukllay Yawar" ( Juegos y Ejercicios pre dramáticos ).
La presentación estará a cargo de importantes dramaturgos
y hombres de letras como Juan Rivera Saavedra, Aureo Sotelo
Huerta y Mary Soto, responsable de la edición. También
recibiremos mensajes de entrañables amigos : Luis Ramos
García: Universidad de Minnesota, Nancy Kalero del grupo
Westentasche de Alemania y Thomás Walsh comunicador
social de Canadá .
Yawar hará demostraciones de trabajo y presentará
fragmento de "Don Dimas de la Tijereta", Tárbol contará
un cuento y Ricchary Llacta nos brindará canciones
del folklore peruano y latinoamericano.
Vuestra asistencia compromete mi gratitud.
Carlos Tomás Temoche V.
Director de la A.C. Yawar
Así Informa TOMÁS TEMOCHE...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
BRUGAS PRODUCCIONES ESTRENA "REHENES" EN EL TEATRO SEGURA
Por fín veremos la producción cinematográfica de Bruno Ortíz y Gastón Herrera.
Avant Premiere : Martes 20 de Abril - Teatro Segura.
Rueda de Prensa : 6:00 p.m.
Función : 7:00 p.m.
Brindis : 9:00 p.m.
Por fín veremos la producción cinematográfica de Bruno Ortíz y Gastón Herrera.
Avant Premiere : Martes 20 de Abril - Teatro Segura.
Rueda de Prensa : 6:00 p.m.
Función : 7:00 p.m.
Brindis : 9:00 p.m.
ENCUENTRO DE TEATRO HOY EN BARRANCO
ENCUENTRO DE TEATRO HOY
EN BARRANCO
EL SOTANO TEATRO con la colaboracion de ESPACIO LIBRE invita a los grupos de teatro que esten empezando su labor escenica, a participar en el Encuentro de TEATRO HOY que se realizara en el Teatro Mocha Grana (Saenz Pena105 - Barranco) durante los dias 16-17-18 y 23-24-25 del mes de abril.
Este Encuentro tiene como finalidad motivar a las nuevas canteras del teatro peruano a mostrar sus primeros trabajos y a confrontarlos con el publico. Para esto brindaremos las condiciones tecnicas y espaciales adecuadas, y contaremos ademas con un grupo de reconocidos teatristas que conversara sobre el espectaculo al final de cada puesta en escena.
BENEFICIOS
1) La organizacion brindara las instalaciones del teatro dos horas antes de cada funcion, dando facilidades requeridas para montar y desmontar el escenario.
2) La funcion comenzara a las 8 p.m. y tendra como maximo 15 minutos de tolerancia.
3) Se cobrara una entrada simbolica de 5 soles, cuya recaudacion servira para el pago respectivo de la sala y los gastos basicos de organizacion. El grupo recibira 50 soles para gastos de movilidad.
4) La organizacion se encargara de la difusion adecuada de cada grupo, via prensa escrita, Internet y material grafico especificando la informacion de los participantes.
REQUISITOS
1) Carta dirigida a EL SOTANO TEATRO manifestando su deseo de participar de este encuentro y firmada por el responsable.
2) La obra puede no haber sido estrenada.
3) En caso de que el autor no sea parte del grupo, es importante presentar una carta en la que manifieste el permiso de que su obra sea puesta en escena.
4) Argumento de la obra.
5) Ficha Tecnica.
6) Hoja de vida del grupo.
7) La duracion de la obra debera ser entre 45 y 90 minutos.
8) Requerimientos tecnicos.
9) Fotos de la obra en formato JPG.
10) Ultimo dia de presentacion de Proyectos, Jueves 8 de Abril
Para el envio de material y consultas deben escribir a Paco Caparo (Director de EL SOTANO TEATRO) elsotanoteatro@ gmail.com
EL SOTANO TEATRO agradece a Juanita Tarnawiecki, directora de la Casa Cultural Mocha Grana, por su constante apoyo al teatro nacional y a los teatristas independientes.
AAA
CONCIERTO DIDÁCTICO
con
Música de CámaraEnsamble de MetalesDirige maestro Franco CarranzayOrquesta Sinfónica Infantil del Perú
Dirige maestro Wilfredo Tarazona
presentando piezas de Tchaikovsky, Haydn, Vivaldi entre otrosy la presentación de la solista de Violín Alexandra González
Viernes 16 de Abril7:00 pm.
con
Música de CámaraEnsamble de MetalesDirige maestro Franco CarranzayOrquesta Sinfónica Infantil del Perú
Dirige maestro Wilfredo Tarazona
presentando piezas de Tchaikovsky, Haydn, Vivaldi entre otrosy la presentación de la solista de Violín Alexandra González
Viernes 16 de Abril7:00 pm.
viernes, 9 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
VICIONARIO una gran revista sanmarquina!!!!!

La publicación, pulcra y brillantemente diseñada por Víctor Escalante, aporta textos valiosos como el ensayo de Arturo Corcuera titulado “Alejandro Romualdo, de la alucinación a la militancia”; “La práctica erótica de la palabra” de la novelista argentina Silvia Miguens; una entrevista a Aitana Alberti, hija del gran poeta español, por Sara Beatriz Guardia; el estudio “El vuelo de Jorge Valdivia” por Tania Temoche; el de Kusy Rodríguez sobre “El poeta de la resistencia palestina, Mahmud Darwix” y el de Montserrat Álvarez sobre “La hora del rock”.
INVITACIÓN DEL GOETHE-INSTITUT

Estimados amigos
Este lunes 12 de abril, a las 19:30 horas tendrá lugar en el Auditorio del Goethe-Institut Lima la segunda conferencia del ciclo Filosofía y Ecología que hemos iniciado la semana pasada. Expone el conocido experto en Platón y profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el Dr. Raúl Gutiérrez. Tema de su conferencia es: “El cosmos como ser viviente. Una lectura del Timeo de Platón.” El ingreso es como siempre libre. ¡Los esperamos!
Este lunes 12 de abril, a las 19:30 horas tendrá lugar en el Auditorio del Goethe-Institut Lima la segunda conferencia del ciclo Filosofía y Ecología que hemos iniciado la semana pasada. Expone el conocido experto en Platón y profesor principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el Dr. Raúl Gutiérrez. Tema de su conferencia es: “El cosmos como ser viviente. Una lectura del Timeo de Platón.” El ingreso es como siempre libre. ¡Los esperamos!
Hoy en la DERRAMA MAGISTERIAL

MANUELCHA PRADO
Jueves 8 de Abril, 7 pm
DERRAMA MAGISTERIAL
Gregorio Escobedo No 598, Residencial San Felipe, Jesus Maria.
JUEVES 8 DE ABRIL DEL 2010, 7 PM
CANTO A LA VIDA. Participará Menuelcha Prado, cantautor peruano, con un repertorio entre la que destaca la musica ayacuchana. La función se llevará a cabo en la Derrama Magisterial sito en Gregorio Escobedo No 598, Residencial San Felipe, Jesus Maria, frente a la Asociación Peruano-Japonesa. LA ENTRADA ES LIBRE Los interesados sirvanse hacer su reserva al correo
EDUARDO ROVNER (Argentina)
ARGENTINA. EL DRAMATURGO COMO EMERGENTE Y PORTAVOZ
Eduardo Rovner
Algunos dramaturgos se sienten más cerca del teatro europeo que del
argentino. Esto conlleva, por una parte, a la adhesión de ese teatro
a cánones impuestos culturalmente desde la globalización sobre el
individualismo y la competencia y el discurso vacío que
desconsideran los problemas de identidad que cada vez son más
preocupantes y, por otra, a una falta de valoración de la tradición
teatral y del medio que ha hecho posible el desarrollo de ellos
mismos.
Pero, aunque algunos autores crean que ese es el camino, la huella
social siempre estará presente en el trabajo de todos.
Los dramaturgos, más allá del genio particular de cada uno, son
emergentes y portavoces de las problemáticas de su época y lugar.
Sus obras conllevan las huellas de los conflictos existentes en esos
tiempos y espacios, y también los deseos y frustraciones del hombre
frente a las situaciones y los cambios sociales vividos. Estudiarlos
aisladamente, sin tener en cuenta que son el producto de una
sociedad determinada, que hubo un medio que les posibilitó
desarrollarse, y en algunos casos trascender en el tiempo a través
de su obra es, no sólo una desconsideración de ese medio en el que
se desarrollaron, sino también una injusticia hacia todos aquellos
que formaron el caldo de cultivo en el que crecieron aquellos que se
destacaron.
Sería necesario detener nuestra atención en los testimonios
presentes en los textos dramáticos de un conjunto de autores, ya que
a través de las producciones artísticas de una cultura perteneciente
a una época y espacio determinados, podríamos realizar la
reconstrucción de un mundo de experiencias propio de un período
histórico.
Es decir, una lectura crítica de diversos textos de una misma
cultura, que tenga en cuenta, no sólo las formas de las
representaciones imaginarias que las obras presentan, sino también
los deseos y los conflictos comunes a los diferentes creadores, nos
permitiría indagar, con mayor precisión, en esos conflictos y
transformaciones sociales, y establecer una "historia no oficial",
narrada específicamente desde la dramaturgia.
Creemos que el estudio de los procesos sociales y culturales a
partir de la dramaturgia constituye un trabajo pendiente que en
general, se realizó con otras expresiones artísticas, como por
ejemplo la literatura. Indagar en el teatro y rastrear esas huellas
que las transformaciones sociales dejaron en el hombre, constituye
una visión de la historia que merece ser contada. Asimismo,
permitiría hacer justicia con muchos talentosos escritores, que
quizás no perduraron en el tiempo, pero si posibilitaron la apertura
de un camino para que otros, posteriores a ellos, trascendieran
hasta nuestros días.
Si nos introducimos en la producción dramática de algunos escritores
teniendo en cuenta la tradición teatral a la que pertenecen y el
contexto socio-político, se torna necesario tomar a algunos de ellos
como puntos de partida a la espera del surgimiento de otras voces,
quizás desconocidas para nuestra época.
En el caso de "los griegos", es inevitable partir de Sófocles,
Esquilo, Eurípides, y Aristófanes; en el de los escritores del siglo
de oro español, Lope de Vega y Calderón de la Barca surgen como los
nombres más representativos, en el de los norteamericanos de la
década del cincuenta, Eugene O'Neill, Arthur Miller y Tennessee
Williams; y en el de los ingleses de la época isabelina, William
Shakespeare, Christopher Marlowe y Ben Jonson.
Todos estos autores mencionados despiertan gran interés, pero el
caso de los dramaturgos de la época isabelina se nos presenta como
particularmente atractivo. Comúnmente, manifestamos nuestro gusto
por el teatro de la época isabelina, pero pocas veces podríamos ir
más allá de la presencia de William Shakespeare. Esta presencia
fuertemente dominante, nos impulsa a saber que había atrás de la
genialidad de este escritor: qué otros escritores habrían existido
en ese mismo momento y quizás no perdurado o trascendido y conocer
cómo era el mundo teatral que había posibilitado la aparición de ese
genio.
En diversos estudios realizados sobre el teatro isabelino es
inevitable la remisión a William Shakespeare, quien se establece
como la presencia más notable y dominante de dicho período. La obra
de este autor se constituye, para los estudios e investigaciones
históricas, como sinónimo del teatro isabelino, opacando la
existencia de otros autores. Pero indagando en páginas web dedicadas
específicamente al tema (de origen inglés) y en publicaciones que
datan de comienzos del siglo XIX presentes en bibliotecas porteñas,
nos encontramos con una gran cantidad de autores prácticamente
desconocidos para nuestros días. Junto a los nombres de Christopher
Marlowe y Ben Jonson, autores más cercanos a nosotros, que pudieron
trascender a pesar de la canonización de la obra shakesperiana,
aparecen otros como: John Lily (1544-1606), George Peeele (1558-1596
aprox.), Robert Greene (1558-1592 aprox.), Thomas Lodge (1557-1625),
Thomas Kyd (1558-1594) y Edwards (1571).
Es interesante saber que, con respecto al medio teatral, durante el
siglo XVI, el teatro se había convertido en Inglaterra en una de las
mayores atracciones, causa que posibilitó el surgimiento de esta
gran cantidad de autores dramáticos, que escribían tanto para los
teatros públicos como para los privados. Por estos años se
constituye un grupo de formación intelectual, denominado University
Wits (ingenios universitarios), que estaba integrado por John Lily,
Thomas Lodge, George Peele, Robert Greene, Thomas Nashe, Thomas Kyd
y Christopher Marlowe, que se dedicaron exclusivamente a escribir
teatro, y crean de este modo, la profesión de dramaturgo, que
resultaba sumamente redituable económicamente.
Eran buenos conocedores de la cultura clásica, y según Ilse Brugger
en "Breve Historia del Teatro inglés", "lograron llevar a cabo la
reconciliación entre las tendencias divergentes": la clásica y la
romántica". Previamente al período isabelino, el repertorio
representado en la Corte, los colegios y las universidades, difería
del que se realizaba en los teatros públicos y en los patios de las
posadas. Con la llegada de la literatura isabelina y específicamente
con la presencia de este grupo de escritores esta dicotomía comenzó
a diluirse: éstos fueron quienes "prepararon y hasta cierto punto
lograron llevar a cabo la reconciliación entre las tendencias
divergentes." Según esta autora, "los conceptos renacentistas y los
estudios humanistas (que alcanzaron un fuerte desarrollo en Oxford,
Cambridge y Londres) motivaron el surgimiento de una nueva forma
dramática, ya que reanudaron los hilos, durante largos siglos
descuidados, que debían vincular el teatro moderno con el de la
Antigüedad clásica."
Un ejemplo de esto lo constituye la obra dramática del Lily, cuya
contribución más importante reside en "hallar un nuevo lenguaje en
prosa para la comedia, que tendía a expresarse con vulgaridad y
rudeza, de forma que aproxima al público culto y aristocrático un
género que hasta ahora sólo se había orientado a audiencias
populares."
Los estudios realizados por distintos investigadores señalan, en
general, que estos autores, con su conocimiento de la cultura
clásica, contribuyeron al perfeccionamiento de las formas teatrales
y al allanamiento del camino para la aparición de William
Shakespeare. La producción teatral isabelina se constituye como un
fenómeno complejo, de intenso y rápido desarrollo, cuyo "broche de
oro" es el teatro shakespeariano.
En lo que respecta al contexto socio-histórico correspondiente a
este período, nos encontramos con un siglo XV colmado de hondas
perturbaciones políticas, centradas específicamente en conflictos
externos como la Guerra de los Cien años, e internos como las luchas
sangrientas entre las Dos Rosas: la blanca de la casa de York y la
colorada de la casa de Lancaster.
Además, este siglo tuvo otro hecho significativo basado en la
transformación de Inglaterra de pequeña potencia insular a una
nación con aspiraciones universales.
Todo este panorama socio-histórico al que debemos sumarle la nueva
visión aportada por el Romanticismo y el Humanismo, y la tendencia
hacia el individualismo que "se hizo sentir en el campo religioso
con la Reforma", tuvo su reflejo en la serie estética. Los sucesos
históricos y políticos acontecidos durante el siglo XV tuvieron su
repercusión en la producción dramática y literaria pertenecientes a
la centuria siguiente.
Una de las huellas halladas en los textos como consecuencia de los
cambios vividos es la intención del hombre a descubrirse a sí mismo,
explorando "sus propias riquezas y posibilidades anímicas,
conviniéndose al mismo tiempo en explorador del mundo circundante y
en defensor de su propia individualidad" (Brugger)
Estas consideraciones constituyen un breve panorama que nos permite
observar que los dramaturgos, más allá del genio particular de cada
uno, son emergentes y portavoces de las problemáticas de su época y
lugar, y detrás de cada uno de ellos, están presentes otras voces
que abrieron caminos para el desarrollo y trascendencia de éstos.
Eduardo Rovner
Algunos dramaturgos se sienten más cerca del teatro europeo que del
argentino. Esto conlleva, por una parte, a la adhesión de ese teatro
a cánones impuestos culturalmente desde la globalización sobre el
individualismo y la competencia y el discurso vacío que
desconsideran los problemas de identidad que cada vez son más
preocupantes y, por otra, a una falta de valoración de la tradición
teatral y del medio que ha hecho posible el desarrollo de ellos
mismos.
Pero, aunque algunos autores crean que ese es el camino, la huella
social siempre estará presente en el trabajo de todos.
Los dramaturgos, más allá del genio particular de cada uno, son
emergentes y portavoces de las problemáticas de su época y lugar.
Sus obras conllevan las huellas de los conflictos existentes en esos
tiempos y espacios, y también los deseos y frustraciones del hombre
frente a las situaciones y los cambios sociales vividos. Estudiarlos
aisladamente, sin tener en cuenta que son el producto de una
sociedad determinada, que hubo un medio que les posibilitó
desarrollarse, y en algunos casos trascender en el tiempo a través
de su obra es, no sólo una desconsideración de ese medio en el que
se desarrollaron, sino también una injusticia hacia todos aquellos
que formaron el caldo de cultivo en el que crecieron aquellos que se
destacaron.
Sería necesario detener nuestra atención en los testimonios
presentes en los textos dramáticos de un conjunto de autores, ya que
a través de las producciones artísticas de una cultura perteneciente
a una época y espacio determinados, podríamos realizar la
reconstrucción de un mundo de experiencias propio de un período
histórico.
Es decir, una lectura crítica de diversos textos de una misma
cultura, que tenga en cuenta, no sólo las formas de las
representaciones imaginarias que las obras presentan, sino también
los deseos y los conflictos comunes a los diferentes creadores, nos
permitiría indagar, con mayor precisión, en esos conflictos y
transformaciones sociales, y establecer una "historia no oficial",
narrada específicamente desde la dramaturgia.
Creemos que el estudio de los procesos sociales y culturales a
partir de la dramaturgia constituye un trabajo pendiente que en
general, se realizó con otras expresiones artísticas, como por
ejemplo la literatura. Indagar en el teatro y rastrear esas huellas
que las transformaciones sociales dejaron en el hombre, constituye
una visión de la historia que merece ser contada. Asimismo,
permitiría hacer justicia con muchos talentosos escritores, que
quizás no perduraron en el tiempo, pero si posibilitaron la apertura
de un camino para que otros, posteriores a ellos, trascendieran
hasta nuestros días.
Si nos introducimos en la producción dramática de algunos escritores
teniendo en cuenta la tradición teatral a la que pertenecen y el
contexto socio-político, se torna necesario tomar a algunos de ellos
como puntos de partida a la espera del surgimiento de otras voces,
quizás desconocidas para nuestra época.
En el caso de "los griegos", es inevitable partir de Sófocles,
Esquilo, Eurípides, y Aristófanes; en el de los escritores del siglo
de oro español, Lope de Vega y Calderón de la Barca surgen como los
nombres más representativos, en el de los norteamericanos de la
década del cincuenta, Eugene O'Neill, Arthur Miller y Tennessee
Williams; y en el de los ingleses de la época isabelina, William
Shakespeare, Christopher Marlowe y Ben Jonson.
Todos estos autores mencionados despiertan gran interés, pero el
caso de los dramaturgos de la época isabelina se nos presenta como
particularmente atractivo. Comúnmente, manifestamos nuestro gusto
por el teatro de la época isabelina, pero pocas veces podríamos ir
más allá de la presencia de William Shakespeare. Esta presencia
fuertemente dominante, nos impulsa a saber que había atrás de la
genialidad de este escritor: qué otros escritores habrían existido
en ese mismo momento y quizás no perdurado o trascendido y conocer
cómo era el mundo teatral que había posibilitado la aparición de ese
genio.
En diversos estudios realizados sobre el teatro isabelino es
inevitable la remisión a William Shakespeare, quien se establece
como la presencia más notable y dominante de dicho período. La obra
de este autor se constituye, para los estudios e investigaciones
históricas, como sinónimo del teatro isabelino, opacando la
existencia de otros autores. Pero indagando en páginas web dedicadas
específicamente al tema (de origen inglés) y en publicaciones que
datan de comienzos del siglo XIX presentes en bibliotecas porteñas,
nos encontramos con una gran cantidad de autores prácticamente
desconocidos para nuestros días. Junto a los nombres de Christopher
Marlowe y Ben Jonson, autores más cercanos a nosotros, que pudieron
trascender a pesar de la canonización de la obra shakesperiana,
aparecen otros como: John Lily (1544-1606), George Peeele (1558-1596
aprox.), Robert Greene (1558-1592 aprox.), Thomas Lodge (1557-1625),
Thomas Kyd (1558-1594) y Edwards (1571).
Es interesante saber que, con respecto al medio teatral, durante el
siglo XVI, el teatro se había convertido en Inglaterra en una de las
mayores atracciones, causa que posibilitó el surgimiento de esta
gran cantidad de autores dramáticos, que escribían tanto para los
teatros públicos como para los privados. Por estos años se
constituye un grupo de formación intelectual, denominado University
Wits (ingenios universitarios), que estaba integrado por John Lily,
Thomas Lodge, George Peele, Robert Greene, Thomas Nashe, Thomas Kyd
y Christopher Marlowe, que se dedicaron exclusivamente a escribir
teatro, y crean de este modo, la profesión de dramaturgo, que
resultaba sumamente redituable económicamente.
Eran buenos conocedores de la cultura clásica, y según Ilse Brugger
en "Breve Historia del Teatro inglés", "lograron llevar a cabo la
reconciliación entre las tendencias divergentes": la clásica y la
romántica". Previamente al período isabelino, el repertorio
representado en la Corte, los colegios y las universidades, difería
del que se realizaba en los teatros públicos y en los patios de las
posadas. Con la llegada de la literatura isabelina y específicamente
con la presencia de este grupo de escritores esta dicotomía comenzó
a diluirse: éstos fueron quienes "prepararon y hasta cierto punto
lograron llevar a cabo la reconciliación entre las tendencias
divergentes." Según esta autora, "los conceptos renacentistas y los
estudios humanistas (que alcanzaron un fuerte desarrollo en Oxford,
Cambridge y Londres) motivaron el surgimiento de una nueva forma
dramática, ya que reanudaron los hilos, durante largos siglos
descuidados, que debían vincular el teatro moderno con el de la
Antigüedad clásica."
Un ejemplo de esto lo constituye la obra dramática del Lily, cuya
contribución más importante reside en "hallar un nuevo lenguaje en
prosa para la comedia, que tendía a expresarse con vulgaridad y
rudeza, de forma que aproxima al público culto y aristocrático un
género que hasta ahora sólo se había orientado a audiencias
populares."
Los estudios realizados por distintos investigadores señalan, en
general, que estos autores, con su conocimiento de la cultura
clásica, contribuyeron al perfeccionamiento de las formas teatrales
y al allanamiento del camino para la aparición de William
Shakespeare. La producción teatral isabelina se constituye como un
fenómeno complejo, de intenso y rápido desarrollo, cuyo "broche de
oro" es el teatro shakespeariano.
En lo que respecta al contexto socio-histórico correspondiente a
este período, nos encontramos con un siglo XV colmado de hondas
perturbaciones políticas, centradas específicamente en conflictos
externos como la Guerra de los Cien años, e internos como las luchas
sangrientas entre las Dos Rosas: la blanca de la casa de York y la
colorada de la casa de Lancaster.
Además, este siglo tuvo otro hecho significativo basado en la
transformación de Inglaterra de pequeña potencia insular a una
nación con aspiraciones universales.
Todo este panorama socio-histórico al que debemos sumarle la nueva
visión aportada por el Romanticismo y el Humanismo, y la tendencia
hacia el individualismo que "se hizo sentir en el campo religioso
con la Reforma", tuvo su reflejo en la serie estética. Los sucesos
históricos y políticos acontecidos durante el siglo XV tuvieron su
repercusión en la producción dramática y literaria pertenecientes a
la centuria siguiente.
Una de las huellas halladas en los textos como consecuencia de los
cambios vividos es la intención del hombre a descubrirse a sí mismo,
explorando "sus propias riquezas y posibilidades anímicas,
conviniéndose al mismo tiempo en explorador del mundo circundante y
en defensor de su propia individualidad" (Brugger)
Estas consideraciones constituyen un breve panorama que nos permite
observar que los dramaturgos, más allá del genio particular de cada
uno, son emergentes y portavoces de las problemáticas de su época y
lugar, y detrás de cada uno de ellos, están presentes otras voces
que abrieron caminos para el desarrollo y trascendencia de éstos.
ADRIANA GENTA (Uruguay 1960)
ESCRIBIRÁS CON DOLOR
Adriana Genta
"Pocas cosas que me ha mandado la obediencia se me han hecho tan
dificultosas como escribir ahora [...] porque no me parece me da el
Señor espíritu para hacerlo ni deseo y por tener la cabeza con un
ruido y flaqueza tan grande, que aún los asuntos forzosos escribo
con pena." (Teresa de Avila) [1]
Nada entusiasta el comienzo de Teresa de Avila, en junio de 1577, de
su obra "El Castillo Interior o Las moradas". Va a escribir sobre la
oración mental como camino a Dios, que es la temática central de su
vida y su obra, pero lo hace por obligación, con contrariedad,
sintiéndose abandonada de toda inspiración, a merced de sus
limitaciones y sabiendo que será un trayecto de padecimiento. A
pesar de todo, se aventura, por obediencia, por servicio, por amor a
Dios. No sabe que está comenzando su obra cumbre, una joya de la
literatura de todos los tiempos. Meses después, cuando la concluya,
se habrá reconciliado con su escritura y dejará por epílogo:
"Aunque cuando comencé a escribir esto que aquí va fue con la
contradicción que al principio digo, después de acabado me ha dado
mucho contento y doy por bien empleado el trabajo."(Teresa de Avila)
[2] .
No es casual que haya iniciado estos apuntes citando a Santa Teresa
porque ella (junto a la reina Juana la loca) es base y personaje de
la obra dramática con la que -entre enormes dificultades- vengo
batallando desde hace ya tiempo (un tiempo en donde tanto en la
tarea creativa como en lo personal el signo es la ansiedad, la
incertidumbre y la aflicción). Podría considerar el material ya
escrito como una obra breve, cerrada. Sin embargo, estoy convencida
de que es parte de algo más amplio, que es una materia pronta a
romperse y abrirse en otras escenas, violentar sus propios códigos y
hasta transmutar hacia otro estilo. Pero el trabajo se ha
enrarecido, se ha vuelto espasmódico, se alternan fuertes impulsos
de producción con violentas detenciones. Conviven sin paz, la
necesidad de seguir adelante y la resistencia a hacerlo. Rastreando
algo de lo que otros escritores han apuntado sobre estos
padecimientos y ofreciendo mi limitado testimonio personal, busco
hoy esbozar algunos interrogantes sobre los vínculos entre la
escritura y el dolor sospechando de éste (no hay certezas) su doble
condición de fuente y obstáculo de la creación. "Curiosa paradoja",
calificaría mi amiga y dramaturga Patricia Zangaro y entonces uno
siente que anda rondándole al tema porque, como sostiene Arthur
Miller, la paradoja es esencial a la sustancia dramática. Intento
también compartir estos desvelos entre compañeros, abonando, tal
vez, la teoría del neuropsiquiatra Boris Cyrulnik [3] , experto en
resiliencia [4] , que sostiene, sobre las funciones del relato, que
"contar el propio desastre es hacerlo existir en la mente de otro y
darse así la ilusión de ser comprendido, aceptado a pesar de la
herida".
"...atended, escuchad mi sangrante sonido, / recoged mis latidos de
quebranto / en vuestros espaciosos corazones, / porque yo empuño el
alma cuando canto." (M. Hernández) [5]
Todo lo que se escribe da cuenta, de alguna manera, del escritor.
Pero hace rato que ha sido aclarado el malentendido de que la poesía
implica sinceridad y cualquier otro género literario será una
ficción más elaborada cuánto más borre las huellas de lo
autobiográfico. Sin embargo, más allá de la anécdota (injustamente
desprestigiada), lo cierto es que hay quienes "empuñan el alma
cuando cantan" y quienes no. Sin que implique un juicio de calidad,
prefiero como receptora las obras del primer grupo de escritores,
aquellos que hacen de su vida y su literatura un sistema único (y
hasta a veces corroborado por la índole de su muerte). Y como
dramaturga, busco identificarme con ellos. Las consideraciones
planteadas en estas líneas aplican, obviamente, a los avatares de
quienes "hacen un tintero de su corazón" (otra vez Hernández) y allí
hunden la pluma para trazar las palabras que intenten dar nombre al
dolor.
"...entre el dolor de escribir y la alegría de haber escrito..."
(Saramago) [6]
Tiempos áridos. Noche oscura de la creación. Esfuerzos vanos. A la
vez, la percepción de un mandato de escritura y la tenaz resistencia
de las palabras. Varada a la orilla de la obra comenzada,
interrumpida, a medio escribir. De cara a una travesía que pese a
todo, debe continuar. Sólo riesgos, incertidumbres, arranques y
detenciones, desiertos, tribulación y frutos apenas ocasionales. Y
para colmo, la extemporánea esperanza que vaticina (sin arriesgar
fechas ni asegurar calidad) el futuro regocijo de la culminación. Si
el dolor ya hubiera pasado, si la dramática en la que intenta
transfigurarse ya estuviera concluida, entonces abordar esta nota
sería para mí más amable. Habría una obra terminada y ya un producto
acabado avalaría hipótesis o daría por tierra con falsos supuestos.
Pero la obra está aún a medio escribir. El bullicio interior anuncia
que hay más, que el texto no escrito todavía está en espera, al
acecho, conviviendo en promiscuidad con la angustia.
"Mi trabajo [de dramaturgo] es sondear las profundidades, es decir,
excavar y hacer emerger algo de adentro, algo honesto. No hay mapa
de ruta para ese territorio y explorarlo puede ser doloroso. Una
clase de dolor del que la mayoría de la gente no sabe nada." (Joel y
Ethan Coen) [7] .
Así se expresaba Barton Fink, protagonista de aquella estupenda
película de los hermanos Coen sobre las sequedades de un dramaturgo
exigido a producir un guión por encargo. Y al establecer este
vínculo entre sufrimiento y creación despeja el equívoco de pensar
que era sólo la presión del trabajo a pedido lo que paralizaba al
desdichado escritor y pone en tela de juicio la idea de que todo es
más sencillo cuando podemos escribir sobre lo que nos place,
fundados en la libertad de elección. Como si la libertad fuera
posible alguna vez, como si todo acto creativo no fuera el resultado
de fuerzas desatadas afuera y adentro. Quienes batallan con la
escritura, bien lo saben.
"Dale palabras al dolor; / la pena que no habla, / murmura al
agobiado corazón / y le ordena que estalle." (W. Shakespeare) [8]
La exhortación es conmovedora pero no siempre parece posible seguir
esta propuesta de Shakespeare que a través de Malcom nos impulsa a
romper las vallas de lo inefable. Hay momentos del dolor donde su
única expresión posible es el grito. Y el grito es justamente la
negación de la palabra por excelencia, más que el silencio, porque
nos confirma que nuestra capacidad emisora y nuestro aparato fonador
están preparados, poniendo en evidencia que el lenguaje ha faltado a
la cita. ¿Es esta dialéctica entre la necesidad de expresión del
sufrimiento y su dificultad para articularse en un discurso,
funcional a la escritura teatral en tanto exaspera la búsqueda de
signos y figuras? Ojalá que sí.
"Siempre he creído que la escritura proviene de un gran dolor
interno. [...] En cualquier caso, no creo que sea posible un buen
trabajo sin dolor."(J. y E. Coen) [9]
Un estudio referido por Cyrulnik [10] revela que la comparación de
un grupo de cincuenta y nueve escritoras con otro de igual número de
no escritoras, similar en edad y condiciones socio-culturales,
mostró que en el grupo de escritoras se daba el doble de
perturbaciones neuróticas (no había casos de psicosis) vinculadas en
general a experiencias de dolores tempranos. Esto lleva a Cyrulnik a
afirmar que "el sufrimiento de la falta, el dolor de la pérdida, nos
fuerzan al símbolo" y que "el hecho de tener una cuenta que
arreglar, de sentir la tragedia como una coerción interior a
expresarse, empuja a la creatividad y llena páginas." La supuesta
relación de causa-efecto entre dolor personal y escritura es
satisfactoria pero no suficiente e invita a más interrogantes. ¿Por
qué además de percibir a veces el sufrimiento como fuente de
inspiración, en otras lo identifico como obstáculo paralizante? ¿Es
el hecho de escribir desde las regiones más íntimas del ser,
exponiendo las zonas más vulnerables y poniendo por tanto en marcha
mis mecanismos de defensa lo que determina los caprichosos ritmos de
producción de mi escritura o será la misma índole de lo que escribo
la que regula tiempos, inspiraciones, parálisis, frutos y
sequedades? ¿Seré yo -en tanto sujeto creador- mero instrumento a
merced de los pactos entre mis dolores y mi escritura? Dudas y
contradicciones.
"Quiero escribir y el llanto no me deja / pruebo a llorar y no
descanso tanto / vuelvo a tomar la pluma y vuelve el llanto / todo
me impide el bien todo me aqueja." (Lope de Vega) [11]
Mi duelo (nada épico y sujeto a las mezquindades narcisistas) es
todavía un río desmadrado que ha roto los puentes entre mi
imaginario y la palabra. Y nada puede asegurar su reconstrucción.
Los personajes ya convocados vagan sin rumbo, perdido el norte y el
regreso, repitiendo parlamentos tempranos e incompletos.
Soliviantados por Pirandello [12] , imploran que no los deje así,
tan a medias, tan rotos como yo. Pero la piedad que me inspiran no
alcanza para que los vivifique, los escriba. Su irrefutable
argumento de que tienen filiación en mi pequeño universo privado
("vidita" diría Pizarnik), lejos de reconciliarme con su destino
amenazado, me aterroriza. Porque es cierto: los personajes (que esta
vez se llaman Teresa de Avila y Juana la loca) cobran identidad en
ese territorio de la creación donde el gesto dramático y la vida se
confunden entre dolores, miedos, vislumbres y profecías. ¿Es mi
padecimiento el que a la vez los empuja y los detiene? ¿El que pone
palabras en sus labios anhelantes y agita sus cuerpos pero por
largos tiempos los oculta, los silencia y borra los rastros? Duele
escribirlos, pero ahoga no hacerlo.
"...escribo porque no encuentro / remedio para no escribir." (M.
Hernández) [13]
Es imperioso volver a la obra. Lo ya escrito grita su vocación de
estallar en otras escenas, en más mundos. Pero no puedo. Las razones
más psicológicas siguen acaparando hipótesis y sospechas. Este dolor
que un día pactará con el discurso, que se inmolará en la imagen y
que procurará infiltrarse en el relato pero escabullirse de la
anécdota, hoy aún se resiste al simulacro. O me resisto yo,
temiendo, tal vez, que el día en que mi aflicción se diluya en sus
representaciones, buscando incautamente la belleza, perderé para
siempre su origen y su objeto. ¿Este silencio es entonces miedo a
derrochar lo último que me queda del bien perdido?. Tal vez no.
Quizás sea sólo la tentación de creerle demasiado a Barthes [14]
cuando alerta que la escritura permanecerá siempre indiferente al yo
infantil que la solicita. Algo adentro mío, sin embargo, se resiste
al desaliento. Y confío en la antigua compulsión metabólica desde el
quebranto hacia la creación. Prefiero retomar a Cyrulnik y aceptar
que "es en el vértigo del vacío provocado por la pérdida donde el
símbolo crea una representación que viene a ocupar el lugar del
objeto perdido. La imagen y la palabra estilizadas llenan el vacío
de la pérdida". Y nuevamente me digo: es imprescindible escribir,
como lo es sobrevivir.
"Quizás sea un dolor personal. Quizás sea un dolor que surge del
convencimiento de que uno debe hacer algo por su prójimo para
aliviarle de algún modo, su sufrimiento." (J. y E. Coen) [15]
En medio de la aflicción a solas y de la exacerbación de la
subjetividad, irrumpe la idea del Otro. Aparece un sentido que
establece un trayecto entre el dolor personal y las necesidades de
nuestros semejantes . Se colectiviza el sentido de la escritura y
ésta adquiere otra dimensión. La pena no es sólo compartible, sino
que además puede ser útil a otros, uniéndome así a ellos. La noción
de lo creativo como acto amoroso viene al rescate. Reaparece la
esperanza dando propósito y sentido a la dura faena. Alivia y
alienta como un bien a alcanzar. Pero no es suficiente si se somete
a una reducción voluntarista, porque justamente, los actos de la
voluntad han quedado anulados
"...no en todas las moradas podréis entrar por vuestras fuerzas, si
no os mete el mismo Señor del Castillo. Por eso os aviso, que
ninguna fuerza pongáis, si hallareis resistencia alguna". (Teresa de
Avila) [16]
Cuando se escribe bajo la tiranía de la imagen y de las emociones, y
el oficio sólo acude (y sólo a veces) para articular fragmentos y
vigilar la ortografía, la producción se subleva contra cualquier
intento de manipulación o forcejeo. La aridez y la fecundidad,
alternándose en tiempos rebeldes y frecuencias desquiciadas, se
imponen con un autoritarismo que puede abonar la hipótesis del dolor
paralizante pero abre también una alternativa más decorosa:
¿incapacidad de trabajo o autonomía de la obra creativa?. ¿Es la
escritura una maniobra de nuestro psiquismo por el cuál el dolor
logra emerger y metabolizarse para liberar al sujeto? ¿O por el
contrario, el dolor es funcional a la creación literaria y queda
puesto a su servicio? ¿Es mi dolor personal el que regula el proceso
o es el propio material, con su compleja carga, que pide -exige-
condiciones particulares, atípicas de producción? La segunda
hipótesis parece más decente. La Intento. Me detengo en un aspecto:
la relación entre tiempo y ritmo de creación, y la índole de la
sustancia que estoy trabajando. Siglo XVI, locura y misticismo,
pellejos, cielo, amor humano, culpas, amor divino, rencores añejos,
esperanzas sin lógica, dolores inenarrables, soledades, perdones...
Juana la loca y Santa Teresa de Avila. ¿No son propios de este
material tiempos sin tiempo y ritmos olvidados? ¿Es posible asomarse
con exigencia de premura a una noción de la experiencia mística de
Teresa, vertebrada por largas contemplaciones donde las horas se
disuelven en la atemporalidad del encuentro con Dios? ¿Cómo apurar
la captura del desgarro de la Reina Juana que permanece todo un día
y toda una noche ininterrumpidamente, de pie, inmóvil, pegada a la
ventana desde donde vio alejarse para siempre a su última hija por
el sendero de Tordesillas hacia la lejana corte de Portugal? ¿Puede
ponérsele plazo al abordaje del universo de una monja a quien le
lleva veinte años de perseverancia en la oración mental empezar a
comprender de qué se trata cabalmente esa práctica? ¿Cómo tantear
desde un imaginario del siglo XXI los cuarentiséis años de prisión,
silencio y soledades de una triste reina?
"El estilo que han de tener en ésta [noche oscura] del sentido es
que no se den nada por el discurso y meditación, pues ya no es
tiempo de eso, sino que dejen estar el alma en sosiego y quietud,
aunque les parezca claro que no hacen nada y que pierden el
tiempo..." (San Juan de la Cruz) [17]
"Sosiego, quietud, no hacer nada, perder el tiempo..." ¡qué extrañas
sugerencias para estas épocas de prisas, de compulsión a las
producciones, de más números que nombres, de ansiedad por los
resultados! Pero quizás justamente hoy, más que nunca, sean
necesarias tales insensateces. La cita de San Juan de la Cruz
(compañero de ruta en el camino espiritual y literario de Santa
Teresa) se refiere en realidad a la experiencia mística. En su
ensayo "La noche oscura", el poeta expone acerca del enriquecimiento
espiritual que se produce en medio de la mayor sequedad interior.
Recurriendo al oxímoron como figura, San Juan desarrolla su teoría
-basada en lo vivencial- acerca de cómo Dios ilumina el espíritu
internándolo en la noche más oscura. Este proceso tiene lugar en
zonas tan recónditas del alma que no hay registro posible por parte
del sujeto, quien vive la experiencia como un no suceder, sintiendo
que "la imaginativa y fantasía no pueden hacer ánimo en alguna
consideración" o incluso como un acontecimiento contrario a lo que
es, creyendo que Dios lo abandona cuando justamente El está haciendo
en el interior del ser su trabajo más intenso y amoroso. ¿Por qué no
trasponer la vivencia mística a la experiencia creadora y seguir a
San Juan en su doble condición de escritor exquisito y conocedor
excepcional de las honduras del alma? Entonces, más allá de cuáles
sean las causas y razones que regulan los actos creativos, me invito
a dejar que en ese lugar profundo y desconocido del ser donde medra
la creación, sucedan en silencio los fenómenos que gestan la obra
literaria, tolerando la aparente pasividad de la maniobra. No para
negar la producción, ni el trabajo, sino por el contrario, para
propiciar las mejores condiciones, respetando a la vez la índole de
la sustancia dramática y los requerimientos de la intimidad
creadora, renunciando a los prejuicios de la productividad,
acompañando mansamente los silencios, desestimando la culpa de la
lentitud, alentando al temeroso imaginario, aceptando la fogosidad
intermitente del dolor y desandando la omnipotencia a través del
permiso al fracaso. Y como acción suprema de la voluntad, me
encomiendo:
"...que el Señor, nuestro Dios, / haga prosperar la obra de nuestras
manos". (Salmo 89)
[1] Teresa de Avila, "Castillo Interior", Introducción
[2] Idem, Conclusión
[3] Boris Cyrulnik, "La maravilla del dolor, el sentido de la
resiliencia"
[4] Resiliencia "Capacidad del ser humano para hacer frente a las
adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente
por ellas" (OPS/OMS, Munist, 1998)
[5] Miguel Hernández, poema "Recoged esta voz"
[6] José Saramago, a propósito de Camoens
[7] Joel y Ethan Coen, "Barton Fink" (film)
[8] William Shakespeare, "Macbeth", Acto IV, Escena III
[9] Joel y Ethan Coen, "Barton Fink" (film)
[10] A. M. Ludwig "Enfermedad mental y creatividad en escritoras",
citado por Cyrulnik en obra referida.
[11] Lope de Vega, soneto "Quiero escribir y el llanto no me deja"
[12] Referencia al tema planteado por Luiggi Pirandello en el
prólogo a "Seis personajes en busca de un autor"
[13] Miguel Hernández, prólogo a "Fuerza del Manzanares"
[14] Roland Barthes, "Fragmentos de un discurso amoroso"
[15] Joel y Ethan Coen, "Barton Fink" (film)
[16] Teresa de Avila, "Castillo Interior", Conclusión.
[17] San Juan de la Cruz, "Noche Oscura"
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