martes, 9 de junio de 2009

REFLEXIONES

El Dialogo Es El Camino


Por: Mesías Guevara Amasifuen

El Perú, nuestro país, definitivamente requiere con urgencia consolidar los canales de comunicación entre los diversos estamentos del gobierno y de la población en general. Con lamento, el escenario contemporáneo nos hace recordar la historia bíblica de la Torre de Babel. Es que carecemos de una estructura dialogante.

Las autoridades y los ciudadanos estamos en veredas y frecuencias diferentes, hablamos idiomas diferentes, no sintonizamos, no compartimos la misma visión de futuro, y tampoco los objetivos. Muchos peruanos no se sienten parte del todo, no se sienten parte del estado; se sienten excluidos y por lo tanto, no representados. Pocos son los que se sienten llamados a disfrutar de la llamada bonanza económica.

Los peruanos necesitan ser escuchados, dar a conocer sus malestares, sus propuestas y sus proyectos. Hay hambre de hablar, hay sed de ser escuchados, hay clamor por justicia, hay la necesidad de ser tomados en cuenta. La población quiere participar, pero lastimosamente los canales de comunicación están cerrados.

A pesar de los indicadores macroeconómicos que exhibe el gobierno, en los que dan a conocer la disminución de la pobreza, la reducción del analfabetismo, entre otros, en las provincias cercanas y lejanas de Lima, se respira un aire de disconformidad, la situación es tensa, hay desesperanza en el porvenir. Al Estado a través del gobierno le falta protagonismo y liderazgo, lo cual no significa necesariamente que nos embarquemos en una carrera estatista. La carencia de capacidades en la gestión pública es ampliamente manifiesta.

Ante esa situación encontramos un mecanismo valioso e importante: el diálogo. Hay quienes son gobernados por sus emociones y son llevados a patear el tablero, descartando de esa manera la mínima posibilidad de sentarse a conversar sobre los diversos problemas. De allí que el primer gran desafío que tenemos los peruanos, es tener la capacidad de sentarnos a dialogar, de conversar de manera alturada, serena, con respeto y tolerancia.

"El diálogo proviene del griego "diá", a través) + "logos", palabra, discurso. Un diálogo puede consistir desde una amable conversación hasta una acalorada discusión sostenida entre los interlocutores.

¿Por qué se hace difícil establecer el diálogo?. A priori, podemos decir, que hay aspectos que obstaculizan establecer un canal de comunicación, entre los cuales que podemos encontrar: la "voluntad de poder", la soberbia, la intolerancia, la falta de voluntad, la negativa de llegar a la verdad, la intimidación, la sed de venganza, la falta de credibilidad, la retención de información, el chantaje, la falta de confianza, la insensibilidad y la retórica que busca manipular la opinión.


Debemos tomar conciencia que el camino a seguir para consolidar la gobernabilidad es a través del dialogo. Los sucesos dolorosos ocurridos en nuestra Amazonía dan cuenta de ello. El Gobierno al pretender imponer decretos legislativos, solo ha generado un enfrentamiento fratricida entre peruanos. Este se hubiera evitado si las partes hubieran sido capaces de establecer un diálogo, con una clara apertura sin reservas, y con la plena conciencia de encontrar la verdad y objetivos comunes. Saquemos de nuestra mente que el diálogo es sinónimo de debilidad.

Con el objetivo de imponer los Decretos cuestionados, el Gobierno buscó desarrollar una estrategia de cansancio, pero no tuvieron en cuenta que la Selva es su casa, es su madre, por lo tanto los nativos jamás se iban a cansar. En el Acuerdo Nacional ante la presencia del Primer Ministro y algunos miembros de su gabinete, se le advirtió lo que venía sucediendo en la Amazonía. Se les trasmitió el clamor de los ciudadanos de importantes pueblos como Yurimaguas y Taropoto, quienes casi implorando nos decían que estaban sufriendo el desabastecimiento de alimentos y que vivían momentos de tensión e incertidumbre. Después de los hechos ocurridos, sectores ligados al gobierno y este mismo, manifiestan que es necesario imponer orden, para lo cual justifican el uso de la fuerza, el enfrentamiento entre peruanos. Cuando lo cierto es que tenemos que identificar ¿quién rompió el orden? , ¿quién dividió el país?. Con lamento y pesar vemos como los féretros con policías muertos desfilan frente al hondo dolor de sus familiares. Ya que los medios de comunicación no dan cuenta de lo que viene sucediendo con los ritos fúnebres de nuestros hermanos nativos, imaginariamente recreamos su acción, por eso podemos ver que la tristeza y el lamento también corroe y lacera su alma, con el agregado que les acompaña la zozobra de ser víctimas de una nueva represión. En estos momentos es bueno recordar que "para alcanzar la vida no podemos seguir el camino de la muerte".

Esta coyuntura también nos lleva a reflexionar sobre la vigencia del modelo de desarrollo de nuestra Selva, que el gobierno ha diseñado y que desea implementar. Trasladar el modelo minero, que a toda luces encierra el "síndrome de Atahualpa", concesiona de manera irracional nuestro suelo sin respetar la vida, la biodiversidad, la historia y la propiedad milenaria de sus ocupantes. Querer imponer ese modelo en nuestra Amazonía es un gran error.

Valga la oportunidad para alertar al pueblo peruano de lo que podría pasar con el proyecto minero Majaz. Su impacto implica a pueblos muy guerreros como Ayabaca, Huancabamba, Jaén y San Ignacio. Este proyecto pone en riesgo sus actividades primarias como la ganadería y la agricultura. Exhortamos al Ejecutivo y al Legislativo que desde ahora promuevan el diálogo, que no busquen imponer la fuerza, porque esta zona se puede convulsionar con resultados muy desagradables.


Con fervor patriótico, y responsabilidad cívica, diseñemos un plan de acción que nos permita despejar los obstáculos, que dificultan establecer una estructura dialogante, la misma que debe permitirnos alcanzar la Libertad, con Justicia y Paz social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario